Cuadernos de otros cursos

11.15.2009

Referencia: ORAL, Karla K. 2006. “Somos todo aquí y allá: Trabajo reproductivo y Productivo de mujeres en una comunidad transnacional en Chihuahua, México”, La Ventana 24: 405-439.
Reporte de lectura: Somos todo aquí y allá: Trabajo reproductivo y productivo de mujeres en una comunidad transnacional en Chihuahua, México.
Esta lectura está basada principalmente en un trabajo etnográfico, por lo cual es totalmente descriptivo como trabajo de campo y visto desde 3 aspectos a partir del trabajo productivo y reproductivo de las mujeres: actividades económicas, trabajo de cuidado y de parentesco. La ubicación es en el centro de Chihuahua, México (“Rancho Chihuahua”).(Espacio transnacional) enfocado como un espacio bicultural y binacional, por lo tanto, punto principal de migrantes en su mayoría masculinos en busca de mejores condiciones económicas.
Por lo anterior, la autora analiza detenidamente el papel que ocupan las mujeres en su género y cómo han luchado por tener un lugar importante en la comunidad en la que se desenvuelven, regida por ideologías a mi punto de vista machistas en la que ellos realizan el papel más importante en la familia mientras que ellas se encargan de papeles un tanto subordinantes aunado a la ignorancia que prevalece en el contexto donde viven y les afecta.
Partiendo de su vida cotidiana, la autora menciona que los espacios de las mujeres están en y alrededor del hogar, ya que se encargan de aspectos de agricultura, cuidado de los hijos, plantaciones, limpieza del hogar entre otras labores relativas, lo cual según mi perspectiva es un medio de distracción, pero no de conocimiento, además ellas no saben conducir y por ende no pueden transportarse a menos que algún pariente les haga el favor. Creo que esto las hace pobremente ilustradas y con falta de conocimiento.
Los maridos suelen estar en los Estados Unidos entre marzo y septiembre y en el rancho entre octubre y febrero, es en esta época en la cual las mujeres no tienen permitido salir a ninguna reunión social y por esto poseen una fuerte restricción de su movimiento y conducta resumiéndose a la falta de libertad. Aunado a esto, llamó mi atención que se mencionara la dependencia creada hacia los maridos por los rituales de ausencia y regreso además de la necesidad de apoyo moral que necesitan sin ellos, creo que es por la cantidad de restricción que se les da, no tanto por el lazo puramente afectivo, ya que hasta los hijos sufren en su ausencia.
La autora hace énfasis a una de las familias que habitan en dichas regiones para explicitar la situación, de lo cual llamó mi atención que algunas mujeres crecieron como hijas de emigrantes, así desde pequeñas ayudaron con las labores agrícolas y aprendieron la importancia del apoyo emocional para sus madres. Estas mismas mujeres llegaron a ser esposas de emigrantes, viviendo vidas similares a las de sus madres y continúan cargando responsabilidades en la ausencia de sus esposos. Es una lástima que desde antaño se siga repitiendo este “círculo vicioso” social y la falta de un buen gobierno continúe causando estas migraciones.
Otro punto relevante para mí es la baja educación que reciben y asimismo la temprana edad a la que contraen matrimonio las mujeres teniendo que abandonar sus estudios consiguiendo, en la emigración de sus maridos, trabajos simples con sueldos bajos en maquilas, limpieza y cuidados. Sin embargo, ellas se sienten superadas por haber aportado “algo” a la familia con el bajo sueldo que se les da, ya que con éste deben mantener las necesidades del hogar y los hijos, pero sin duda, dependientes del capital del hombre.
Principalmente las mujeres juegan un papel de vital importancia como papá y mamá de sus familias aunque tengan que mostrarse como “buenas esposas” a falta de sus cónyuges, preocupándose por la suegra para quedar bien, trabajando en labores domesticas, manteniendo alguna posición relevante en la iglesia por ejemplo. Todo esto las hace contribuyentes activas, integrales y valiosas para la comunidad en la que viven, pues como dicen, las mujeres son “mil usos” al hacerse cargo de todas las necesidades que surjan y al fomentar las redes sociales.
Es importante mencionar que las telecomunicaciones juegan un papel principal en la comunicación de las familias, pero al igual crea mayores restricciones en las mujeres al poder estar más vigiladas con respecto a su conducta. Para concluir, se menciona que la migración es vista por las mujeres como “un mal necesario”, puesto que las condiciones de pobreza que prevalecen en este espacio fronterizo son fuertes, sin embargo, ellas no desean vivir en Estados Unidos al considerar la vida allá mayormente liberal y consumista, y es cierto, ya que en México aún se conservan las relaciones cálidas y una vida más sencilla. Hay mucho trabajo por hacer para que las mujeres no sean vistas como simples amas de casa, sino como un género que puede trascender y sobresalir en diversos aspectos que estén a su alcance, pues me pregunto: ¿Realmente se valora la fortaleza de la mujer?
-Cynthia Franco

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