Para mí la frontera representaba un muro que dividía dos países muy distintos, sobresaliendo Tijuana el lugar donde resido como un área multicultural.

Ahora me doy cuenta que la frontera abarca mucho más que eso y se ha vuelto un lugar con sentido personal, ya que conocer la experiencia de mi familia me hizo darme cuenta de que las problemáticas no son tan lejanas a nosotros como muchos pensamos. Los que nacimos aquí también somos parte de ella.

En la segunda unidad descubrí que no solo basta saber conocernos entre nosotros. Es importante conocer como nos ven los demás, porque generalmente tienen otra percepción sobre nosotros.

La frontera no es solo una división o un muro, no es solo la unión de muchas culturas, La frontera somos nosotros y lo que representamos.