Cuadernos de otros cursos

10.17.2009

Crítica. Frontier Life

Hans Fjellestad busca ir más allá que situar a Tijuana como un punto de encuentro cultural por situarse en la frontera a Estados Unidos. Es la construcción de una identidad, de algo propio para identificarse, sentir que pertenecen a algo y le es enteramente suyo desde un punto de vista interno, es decir, sin colocarse como un espectador mexicano o estadounidense. Da a conocer una cultura que pocos conocen o interpretan erróneamente: un conocimiento complejo para extraños, pero normal para los habitantes de Tijuana.


En el documental se tocan tres aspectos referentes a la ciudad: las carreras de autos clandestinos, la creación de un nuevo género musical y el tratamiento de aguas negras. En el primer punto señalan que los individuos, ante la necesidad de poseer algo que los haga sentir vivos y plenos, recurren a esta actividad. Gracias a ello, la adrenalina invade sus mentes y se sienten capaces de realizar destrezas que no cometerían en cierto contexto. Sin embargo, como los ingresos económicos imposibilitan la adquisición de un buen automóvil y participar en circuitos legales, recurren a la fabricación de un coche y entrar a carreras que van en contra de la ley. Este aspecto me parece rescatable en un comentario dicho por uno de los entrevistados: ellos construyen los autos gracias a lo que otros consideran basura. ¿Cómo podemos ubicar estas palabras a nivel ciudad? Que Tijuana construye su propia identidad en base a las ideas de los demás, por la influencia de ideologías ajenas entre ellas y con eso forja otra diferente, original y distinta, con la cual se identifican 100%, a pesar de ser criticado por tener un origen crisolado, diferente a otras regiones como el centro del país.

En segundo lugar habla del nuevo género musical: Nortec, mezcla de ritmos techno -Estados Unidos- y norteños -México, aunque éste provenga de Alemania-, con la cual los tijuanenses se identifican y lo aceptan como propio. Tal vez aquí resurge una problemática por que tiene origen en dos tipos distintos de música; no obstante, la defensa sería que “ellos la crearon, no es plagio”. Es un elemento bicultural que une a distintas filosofías por su necesidad de pertenencia, de gozar sus posesiones.

Y por último, se habla acerca del tratamiento de aguas residuales. En este punto explican los métodos utilizados para limpiar ese líquido vital para los individuos, el proceso tanto del pasado como del presente y las dificultades que se enfrentan para llevarlo a cabo por la falta de sistemas adecuados y la manutención de la maquinaria. Sin embargo, la presentación del tema es una metáfora de la situación fronteriza México-Estados Unidos (Tijuana, como eje central), donde las aguas representan el flujo urbano de estas entidades y el resultado “deplorable” que debe purificarse no es más que la convivencia cotidiana.

Un punto a destacar en este documental es la utilización de ciertas herramientas para realzar el contexto donde se desarrolla y ofrecer al espectador elementos que le permitan formular conclusiones. Uno de ellos es la música, pieza importante para el medio audiovisual, pues al fusionarse con respectivas imágenes crea una atmósfera entrañable, hace que la audiencia apruebe o consolide sus percepciones. Por ejemplo, si al mostrar una escena de carreras automovilísticas colocan de fondo un ritmo rapero o electrónico, fortalecen la corriente de relacionar las carreras con la emoción, el peligro y un fuerte impulso de desafío a quienes aborrecen esas prácticas.

Asimismo, la carencia de personal femenino en toda la proyección puede dar a entender de la superioridad masculina, el poder e importancia del “sexo fuerte” en estos aspectos (principalmente en los autos y música), donde la mujer queda relegada por no poseer las cualidades necesarias para ser aceptada. Sólo una fémina habló, mencionando que las mujeres pueden estar dentro; no obstante, habría causado más impacto si hubieran sido más contra un ámbito catalogado como varonil.

Cabe mencionar que, el director del documental es un extranjero. Aunque intenta abordar aspectos cotidianos de Tijuana desde “dentro”, mediante entrevistas de habitantes de la ciudad, mostrando que cualquier tipo de persona vive en ella (clase alta, media y baja; los cuales logran distinguirse por su lenguaje y vestimenta), no habría sido lo mismo si un fronterizo que debe sumergirse en ese universo con regularidad dirigiera la filmación. Las tomas, entrevistados, problemáticas y a quienes va dirigido serían distintos. Hans lo muestra a sujetos que desean conocer qué es Tijuana; un tijuanense lo haría para enseñarles a los mismos habitantes de la ciudad las diferentes caras que complementan esta sociedad y así comprendieran mejor su entorno, sus representaciones sociales.

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