Cuadernos de otros cursos

9.08.2009

“Le petit Chronique”

Víctor Kyoshi Gamboa Shimasaki
Grupo 532
Frontera Norte
Agosto 20 de 2009


Nuestra historia comienza con un joven japonés llamado Sadao Shimasaki quien al no poder encontrar una esposa entre las nativas de Baja California, recurrió a pedir la mano de una japonesa. Por lo menos 5 familias mandaron una foto de una de sus hijas, Hajime Nishijima fue la elegida por el joven; como era costumbre en esa época, la opinión de la joven no importó, el matrimonio fue arreglado por medio de papeleos y la muchacha mandada hacia Baja California sin considerar sus deseos. Desembarcó en el año de 1927 en San Felipe junto con otros japoneses y ahí fue donde conoció a su esposo por primera vez; vivieron en el estado de Mexicali por algún tiempo periodo en el cual fueron agraciados con 3 hijas.

Al llegar el año de 1931 junto con otros japoneses, firmaron un contrato con el Sr. Cross White en el que les permitía cultivar un campo que tenia en Rosarito a cambio de un porcentaje de la ganancia. Cultivaron la granja y al pasar medio año tuvieron otra hija, todo parecía marchar bien hasta que alrededor de 1932 el ejército mexicano, recién alimentado con mierda socialista, les informó que los extranjeros no podían ser dueños de tierra dentro de la nación por lo que sus cultivos ahora pertenecían a México; acto que provocó el enfurecimiento de Sadao pero sobre todo de su esposa. A Hajime no le molestó tanto el hecho de que les quitaran la tierra, sino el que esperaran a que terminaran de cultivar y empacar para poder quitárselos.

No teniendo otra opción emigraron hacia Tijuana. Aquí es donde abrirían un restaurante en el Centro, también es donde tendrían a 3 hijos más; por azares del destino el primer hijo contrajo Polio, por lo que Hajime tenia que llevarlo cargando cada semana a Estados Unidos donde recibía el tratamiento. Otro evento desafortunado ocurriría en 1942 cuando Sadao murió inesperadamente dejándola con 7 hijos. Sin embargo, el primo de su difunto esposo se compadeció de ella y decidió ayudarle; su intención inicial era emigrar a todos de regreso a Japón, pero México había entrado a la guerra ese mismo año, por lo que se le ordenó a todos los japoneses y alemanes que vivieran en frontera o en puertos a concentrarse en el centro de la República.

Varias familias japonesas fueron llevadas al Distrito Federal, aquellos japoneses que tuvieran una esposa mexicana tenían la opción de ir solos; los que contaban con familiares o alguna casa se les permitió permanecer en la capital, los que no fueron mandados a una hacienda en Temixco, Morelos. Aquí Roberto, el hijo con polio, conocería a su futura esposa Juana Nomura; aunque durante su estancia en Temixco convivieron muy poco.

Dicha hacienda tenía un caserón en el cual cada familia contaba con un cuarto. La mayor parte de los que se encontraban ahí se dedicaron al cultivo de arroz, melón y distintos tipos de verduras, por el cual obtenían un salario de dos pesos a la semana. Los niños asistían a clases de japonés con maestro al que simplemente se referían como “Sensei”, aquellos que fueron afortunados pudieron ir a la primaria que se encontraba cerca de la hacienda; esta primaria contaba con solo dos maestros, una profesora que se encargaba de primero, segundo y tercer año, y otro que se encargaba de cuarto, quinto y sexto.

Al finalizar la guerra en 1945 se les dijo que el caserón iba a ser derrumbado dentro de unas semanas por lo que tenían que salir. Varios de los padres salieron a buscar trabajo; algunos no regresaban por días hasta encontrar hogar y empleo, la mayoría lo encontró con japoneses ricos que se habían asentado en el Distrito. Por su parte, Hajime y su esposo encontraron trabajo sembrando cultivos en Mixqui, ya que esto parece haber sido lo que mejor sabían hacer; después de un tiempo emigraron al Distrito Federal. Al poco rato de llegar y establecerse en la capital, el segundo esposo murió; aunque en esta ocasión la familia se encontraba en mejores condiciones, ya que todos los hijos estaban trabajando.

Cada año la embajada japonesa realizaba banquetes en año nuevo, fue en la celebración de 1956 cuando Roberto y Juana se volverían a encontrar y entablarían una amistad que se convertiría en matrimonio el 28 de Noviembre de 1959. En 1960 nació su primer hijo al que llamaron Fidel, él terminaría graduándose de médico y especializándose en pediatría; al llegar 1962 Juana recibió la noticia de estar embarazada, sin embargo, trágicamente perdería al bebe en un aborto natural; para 1964 nacería su primera hija, Hortensia; y en 1967 nació su segunda y última hija a la que llamaron Sonia, que en un futuro se convertiría en mi madre.

En una fiesta de preparatoria en 1984 Sonia conocería a mi padre. La impresión inicial que él causó sobre ella fue la de alguien con poca amabilidad y cortesía (idea que aún mantiene), sin embargo para 1986 ya iniciaban su noviazgo; para finales de 1988 mi madre emigró junto con mi tía a Tijuana sin el conocimiento de su embarazo, a inicios de 1989 mi padre vendría a acompañarlas.

A los dos meses se dieron cuenta del embarazo y avisaron a sus padres para informarles el nacimiento de su hijo; los abuelos maternos llegarían a la ciudad a principios de Marzo, mientras que Hajime llegaría en Agosto. El niño, es decir yo, nació el 11 de agosto del mismo año; el nombre que eligieron fue el de Víctor por parte de mi padre, y Kiyoshi debido a que un tío de mi madre acababa de fallecer, sin embargo gracias a un error ortográfico cometido por mi abuela tengo nombre de niña (Kyoshi).

Pero volviendo a la historia original. En Octubre de 1996 la joven japonesa que fue arrastrada hacia el matrimonio moriría a la edad de 94 años, debido a una ulcera que irónicamente fue provocada por los medicamentos que ingería. La influencia que ella ejerció sobre la familia se puede notar sobre todo en la forma de preparar la comida, de hecho en varias ocasiones se nos ha informado que nuestra casa tiene un olor similar a la salsa de soya.

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